Drones inmunes a interferencias y celulares ‘enemigos’: así funciona la revolución de la tecnología militar en la guerra entre Rusia y Ucrania

La guerra entre Ucrania y Rusia, desatada tras la invasión de Moscú en febrero de 2022, ha dejado cicatrices difíciles de borrar en los territorios. A las decenas de miles de vidas perdidas y los edificios hechos ruinas, se suman cráteres de misiles y hasta una telaraña de cables que se amalgaman sobre la copa de los árboles en el frente de guerra que son el recordatorio, no solo de una invasión ilegal que suma más de tres años, sino también de la revolución que ha tenido la tecnología militar en medio de una nueva y forzada carrera de defensa.
Las lecciones operativas de Ucrania ya están influyendo en las doctrinas militares mundiales. Esta guerra ha llevado la guerra con drones más allá de la contrainsurgencia y al corazón de la doctrina militar de Estado contra Estado.
Christine Sixta Rinehart
Se trata de los drones de fibra óptica, un dispositivo conectado físicamente a través de un cable con el piloto. Este nuevo dispositivo, lejos de ser una involución respecto a un dron guiado por señal inalámbrica, ofrece un canal de comunicación prácticamente inmune a las interferencias. La conexión física permite transmitir un video de alta definición y órdenes de control con latencia casi nula, lo que permite implementar maniobras con respuesta inmediata, precisas y a gran velocidad y baja altitud.
Y es precisamente por esa combinación de sigilo, estabilidad e invulnerabilidad a las interferencias -algo casi omnipresentes en los ejércitos ruso y ucraniano-, que los expertos advierten que este modelo podría convertirse en una pieza clave de la ofensiva de verano.
Drones de fibra óptica ucranianos Foto:EFE
“Pueden volar hasta 60 kilómetros por hora, realizar maniobras y, en un radio de 10 kilómetros, la fibra no se rompe”, afirma Serhiy ‘Flash’ Beskrestnov, experto en guerra electrónica y comunicaciones del ejército ucraniano en su canal de Telegram.
Por su parte, la doctora Christine Sixta Rinehart, profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de Carolina del Sur y experta en drones de guerra, le explica a EL TIEMPO que estos vehículos no tripulados poseen una ventaja en los entornos electrónicos conflictivos. “Los drones de fibra óptica son menos susceptibles a las interferencias, lo que da una ventaja temporal en zonas sin comunicaciones”, explica la experta.
A pesar de carecer de Armada, Ucrania ha conseguido luchar y sobrevivir contra la segunda mayor fuerza armada del mundo
Nicolè ford
Es por ello que, según un informe del Instituto para el Estudio de la Guerra, desde enero Rusia está desplegando cada vez más drones de fibra óptica. El uso de este nuevo tipo de dron ha sido tan esencial a favor de Moscú que incluso logró quebrar las defensas ucranianas en la región de Kursk en abril. En un informe del centro de pensamiento estadounidense Atlantic Council, los drones de fibra óptica jugaron un rol clave para atacar los flancos de Ucrania, cortar las líneas de suministro y paralizar la logística ucraniana.
“Esto finalmente obligó a las tropas ucranianas a retirarse, poniendo fin a una prolongada incursión en territorio ruso que había sido sumamente embarazosa para Vladimir Putin”, se lee en el reporte.
Sin embargo, la doctora Rinehart destaca que su mayor potencial también es su principal debilidad.
“Los drones de fibra óptica no son una alternativa permanente debido a limitaciones como la sujeción física, que restringe la maniobrabilidad y el alcance operativo”, explica la experta, quien matiza que la mayor importancia de estos dispositivos reside “en el ritmo de la innovación, especialmente por parte de las fuerzas rusas, que están modificando rápidamente los drones y dejando obsoletos los modelos anteriores”.
Esa es la principal razón por la que Rusia implementa ambos modelos en su ofensiva contra Ucrania: por un lado, la línea del frente de guerra –colmado por dispositivos de interferencia- está invadida de drones de fibra óptica, mientras que, en los ataques de larga distancia utilizan dispositivos inalámbricos de la mano de misiles, lo que permite saturar las defensas ucranianas.
Bombero extinguiendo un incendio tras un ataque ruso en la región de Zhytomyr. Foto:AFP
“Este enfoque combinado mejora el conocimiento de la situación, interrumpe la coordinación del enemigo y aumenta la eficacia general de las operaciones multidominio” en los distintos frentes, explica Rinehart al respecto.
La carrera de Kiev por equiparar drones rusos
Kiev ha comenzado una carrera para intentar equiparar los nuevos drones que llenan de cables los cielos y han convertido a los soldados y rutas de transporte en un blanco fácil ante la ausencia de un mecanismo para contrarrestarlos efectivamente.
De momento, los dispositivos ucranianos tienen un cable de fibra óptica de entre 10 a 20 kilómetros, mientras que los drones rusos llegan hasta un rango de 30 kilómetros.
Y es que, a pesar de que desde el comienzo de la guerra Ucrania ha podido plantar cara al segundo ejército más grande del mundo, esta nueva carrera armamentista no es fácil, pues pese a que el país dirigido por Volodímir Zelenski ahora produce sus propios misiles de crucero, drones de largo alcance y otros tipos de armamento, aún cuenta con pocas capacidades frente al enorme aparato ruso.
No obstante, expertos consideran que, Ucrania “ha revolucionado el campo de batalla”, siendo la participación de la sociedad civil un factor fundamental para su defensa.
“Desde el principio, Ucrania ha revolucionado el campo de batalla y establecido nuevas normas para la guerra no convencional. Al partir en desventaja, han recurrido en gran medida a la tecnología y a usos innovadores de la tecnología existente. Y, a pesar de carecer de Armada, han conseguido luchar y sobrevivir contra la segunda mayor fuerza armada del mundo”, comenta Nicolè Ford, doctora en Políticas Comparadas y ex marine de la Armada de Estados Unidos.
Por su parte, la doctora Jennifer Mathers, profesora titular del Departamento de Política Internacional de la Universidad de Aberystwyth (Reino Unido), destaca la participación de la sociedad civil ucraniana: “Está desempeñando un gran papel en el ensamblaje de pequeños drones y su envío directo a las unidades en primera línea, así como en la recaudación de fondos”, comenta.
Drones de fibra óptica ucranianos Foto:EFE
La amenaza invisible de los celulares que aprovecha el enemigo
La carrera tecnológica tiene más de un frente abierto. Además de los drones, cuyos zumbidos en los cielos se han convertido en parte del paisaje sonoro del territorio, existe una nueva amenaza al alcance de cualquier bolsillo que convierte a los mismos soldados y civiles en “ayudantes del enemigo”.
Se trata del uso de las señales de los mismos celulares para recolectar información e incluso dirigir los ataques con mayor precisión.
Desde 2023 se encontraron módems con tarjetas SIM, incluidos algunos ucranianos, entre los restos de los drones Shaheds de fabricación iraní que usa Rusia. Desde entonces, su uso no ha hecho más que aumentar con el despliegue de infinitos drones en cada ataque, lo que, con la cifra récord de 5.337 drones en junio, según la Fuerza Aérea Ucraniana, se ha convertido en una creciente amenaza para Kiev.
En muchos casos, estos drones no utilizan la red móvil para ser controlados, sino para enviar datos como coordenadas, altitud, velocidad e incluso video, y hacer más precisos sus ataques. Lo hacen conectándose a internet mediante tarjetas SIM. Las torres de telefonía celular, por su parte, funcionan como puntos de referencia: al detectar múltiples señales, los drones pueden calcular su posición mediante triangulación, como si cada torre fuera una baliza en tierra firme.
Rescatistas llevando un cuerpo de una instalación civil dañada tras un ataque ruso en Dobropillia. Foto:AFP
Esta amenaza ha llevado a Ucrania a considerar nuevas restricciones. Entre las principales propuestas está la posibilidad de cortar temporalmente el servicio de telefonía en las zonas donde se prevean ataques con drones, una táctica que Rusia ya emplea durante las ofensivas ucranianas.
Otro mecanismo propuesto es bloquear aquellas tarjetas SIM que se muevan a velocidades y trayectorias anormales para una persona; sin embargo, los operadores, durante un encuentro con la cartera de Defensa, declararon que sólo pueden desconectar grupos de usuarios en zonas concretas, no dispositivos individuales.
A medida que EE. UU. se comporta de forma más errática y se aleja de sus propios aliados, tener a Washington del lado de Ucrania ya no es una ventaja, aparte de las formas materiales de apoyo que puede proporcionar
Jennifer Mathers
Una tercera propuesta es la identificación obligatoria de todos los abonados a la telefonía móvil para frenar la compra anónima de tarjetas SIM.
Sin embargo, el problema es la cantidad de anónimos cuando más del 80 por ciento de los suscriptores de telefonía móvil en Ucrania no están identificados. Según un informe de la Comisión Nacional para la Regulación Estatal de las Comunicaciones Electrónicas, para 2024 de 48,8 millones de tarjetas SIM activas en el país, 39 millones no están identificadas.
Una maratón contra el tiempo por innovar el armamento
En medio de limitaciones técnicas, ataques incesantes y un frente que no da tregua, la presión por adaptarse se ha convertido en una carrera de supervivencia. La guerra ha empujado al límite la tecnología militar, acelerando procesos que, en otras circunstancias, habrían tomado años.
Según la doctora Rinehart, este conflicto ha llevado la guerra con drones “más allá de la contrainsurgencia y al corazón de la doctrina militar de Estado contra Estado” y ha expuesto tanto el potencial como las vulnerabilidades de los sistemas actuales: los drones pasaron de ser un recurso caro y preciado a un elemento barato e incluso desechable en medio de masivos ataques que sobrecargan los sistemas de defensa.
Soldados de una brigada del ejército de Ucrania. Foto:AFP
Entre tanto, el respaldo externo oscila entre el compromiso y la incertidumbre.
La administración estadounidense de Donald Trump, como recuerda la doctora Mathers, “ha dejado claro en repetidas ocasiones que su voluntad de apoyar a Ucrania es limitada o inexistente”, lo que convierte al respaldo estadounidense en un terreno cada vez menos predecible. Prueba de ello es que, en menos de dos semanas, Washington pasó de la suspensión del envío de armas a Kiev a reanudar los apoyos, pero bajo la condición de que sea Europa la que “pague” por dicha ayuda, algo que, como advierte Ford, implicará un “esfuerzo hercúleo”.
“A medida que EE. UU. se comporta de forma más errática y se aleja de sus propios aliados, tener a Washington del lado de Ucrania ya no es una ventaja, aparte de las formas materiales de apoyo que puede proporcionar”, advierte Mathers.
Foto de archivo de un piloto ucraniano manejando un dron. Foto:AFP
Asimismo, Jennifer Mathers aclara que Rusia, por su parte, tampoco libra esta guerra de forma aislada. Cuenta con el respaldo de Irán, China y Corea del Norte, pero también con obstáculos internos como la rampante crisis económica. “Hay una grave escasez de mano de obra que afecta tanto a la industria militar como a la economía civil”, apunta Mathers.
En ese equilibrio precario de alianzas, economía y desgaste, Ucrania resiste ante frentes de batalla que se reconfiguran velozmente por cuenta de los avances tecnológicos y donde sin una ventaja asegurada, innovar, aún con las uñas, se convierte en el último margen de maniobra para defender su soberanía.
Santiago Andrés Venera Salazar – INTERNACIONAL – EL TIEMPO
X: @SantiagoVenera